¿Alguna vez has tomado una decisión de la que luego te has arrepentido? ¿O has creído algo que resultó ser falso? ¿O has juzgado a alguien por su apariencia sin conocerlo? Si has respondido que sí a alguna de estas preguntas, no te preocupes, no eres el único. Todos cometemos errores de pensamiento que nos llevan a actuar o creer de forma irracional. A estos errores se les llama sesgos cognitivos y son el tema de este artículo.
Los sesgos cognitivos son distorsiones o errores sistemáticos que afectan a nuestro pensamiento, percepción, memoria y toma de decisiones. Son el resultado de la forma en que nuestro cerebro procesa la información, tratando de simplificarla y adaptarla a nuestras creencias o expectativas para evitar el conflicto o la incertidumbre.
Los sesgos cognitivos pueden tener consecuencias negativas en nuestra vida personal y profesional, ya que pueden hacernos actuar de forma irracional, ilógica o ineficiente, Esto puede incidir en nuestra autoestima, relaciones, salud, rendimiento, finanzas y decisiones. Por eso, es importante conocerlos y aprender a evitarlos o minimizarlos.
A continuación, te voy a explicar algunos de los sesgos cognitivos más comunes y cómo podemos reconocerlos y controlarlos. Ya que también los podemos usar para nuestro beneficio.
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¿Qué son los sesgos cognitivos y como se clasifican?
Los sesgos cognitivos son atajos mentales que nuestro cerebro utiliza para ahorrar tiempo y energía a la hora de procesar la información. Estos atajos nos ayudan a enfrentarnos a situaciones complejas o ambiguas, pero también pueden llevarnos a cometer errores o juicios erróneos. Los sesgos cognitivos se basan en heurísticas, que son reglas generales que aplicamos para resolver problemas o tomar decisiones. Sin embargo, estas reglas no siempre son válidas o aplicables, y pueden estar influenciadas por factores emocionales, sociales o contextuales.
Los sesgos cognitivos se pueden clasificar en diferentes categorías según el tipo de proceso mental que afectan. Algunas de estas categorías son:
- Sesgos de atención: Son aquellos que afectan a la forma en que seleccionamos y filtramos la información que recibimos. Por ejemplo, el efecto foco nos hace prestar más atención a lo que destaca o es más relevante para nosotros, ignorando otros aspectos igualmente importantes.
- Sesgos de memoria: Son aquellos que afectan a la forma en que almacenamos y recuperamos la información en nuestra mente. Por ejemplo, el efecto de falsa memoria nos hace recordar cosas que no ocurrieron o de forma distorsionada, debido a la influencia de sugerencias, expectativas o emociones.
- Sesgos de razonamiento: Son aquellos que afectan a la forma en que interpretamos y evaluamos la información para llegar a conclusiones o soluciones. Por ejemplo, el sesgo de confirmación nos hace buscar y valorar más la información que confirma nuestras creencias o hipótesis, y rechazar o minimizar la que las contradice.
- Sesgos de decisión: Son aquellos que afectan a la forma en que elegimos entre diferentes opciones o alternativas. Por ejemplo, el efecto de aversión a la pérdida nos hace preferir evitar una pérdida segura que arriesgarnos a obtener una ganancia incierta, aunque esta sea mayor.
¿Cómo reconocer y controlar los sesgos cognitivos?
Los sesgos cognitivos son inevitables, ya que forman parte de nuestra naturaleza humana. Sin embargo, podemos aprender a reconocerlos y controlarlos para minimizar sus efectos negativos y mejorar nuestra capacidad de pensar críticamente. Algunas estrategias para lograrlo son:
- Ser conscientes de nuestros propios sesgos: El primer paso es admitir que no somos infalibles ni objetivos, y que podemos estar cometiendo errores o distorsiones en nuestra forma de pensar. Para ello, podemos hacer un ejercicio de autoevaluación e identificar qué sesgos nos afectan más frecuentemente o en qué situaciones somos más vulnerables a ellos.
- Buscar información contrastada y diversa: El segundo paso es ampliar nuestra perspectiva y buscar fuentes de información fiables, variadas y opuestas a nuestra opinión o posición. De esta forma, podemos evitar caer en el error de confirmar solo lo que queremos creer o escuchar, y exponernos a puntos de vista diferentes o contrarios.
- Analizar la información con rigor y lógica: El tercer paso es aplicar un pensamiento analítico y crítico a la hora de procesar la información. Para ello, podemos usar herramientas como el método científico, la estadística o la lógica formal, que nos ayudan a comprobar la veracidad, validez y consistencia de los datos, argumentos o evidencias que manejamos.
- Revisar y cuestionar nuestras decisiones: El cuarto paso es someter nuestras decisiones a un proceso de revisión y cuestionamiento, tanto antes como después de tomarlas. Para ello, podemos usar técnicas como el análisis de coste-beneficio, el análisis de riesgos, el análisis de escenarios o el feedback de otras personas, que nos ayudan a evaluar las ventajas, desventajas, consecuencias y alternativas de nuestras opciones.
¿Cómo afectan los sesgos cognitivos al emprendimiento y al desarrollo personal?
Los sesgos cognitivos pueden tener un impacto significativo en el ámbito del emprendimiento y el desarrollo personal, ya que pueden influir en la forma en que creamos, gestionamos y hacemos crecer nuestros proyectos o negocios, así como en la forma en que nos relacionamos con nosotros mismos y con los demás. Algunos ejemplos de sesgos cognitivos y de cómo pueden afectar a estos campos son:
- Sesgo optimista: Este sesgo nos hace sobreestimar nuestras capacidades, habilidades o posibilidades de éxito, y subestimar los obstáculos, dificultades o riesgos que podemos encontrar. Este sesgo puede ser beneficioso para motivarnos y emprender acciones, pero también puede ser perjudicial si nos lleva a ignorar la realidad, a asumir riesgos innecesarios o a no prepararnos adecuadamente para los posibles contratiempos.
- Sesgo de anclaje: Este sesgo nos hace basar nuestras decisiones o estimaciones en la primera información que recibimos o en la que más nos impacta, sin tener en cuenta otros factores o datos relevantes. Este sesgo puede ser perjudicial si nos lleva a fijarnos solo en el precio, el nombre o la apariencia de un producto o servicio, sin valorar su calidad, utilidad o beneficio real.
- Efecto halo: Este sesgo nos hace atribuir características positivas o negativas a una persona o cosa basándonos en una sola cualidad o impresión. Este sesgo puede ser perjudicial si nos lleva a confiar o desconfiar demasiado de algo o alguien por su aspecto, su fama o su simpatía, sin conocerlo realmente o sin evaluar su competencia o fiabilidad.
- Efecto Dunning-Kruger: Este sesgo nos hace sobreestimar o subestimar nuestro nivel de conocimiento o habilidad en un determinado campo. Este sesgo puede ser perjudicial si nos lleva a creer que sabemos más de lo que sabemos, lo que puede generar arrogancia, falta de aprendizaje o errores graves; o si nos lleva a creer que sabemos menos de lo que sabemos, lo que puede generar inseguridad, falta de confianza o desaprovechamiento de oportunidades.
- El sesgo de confirmación: Es el sesgo que nos hace buscar, interpretar y recordar la información que confirma nuestras creencias o hipótesis, ignorando o desechando la que las contradice. Puede afectar a nuestra capacidad de aprender, innovar y cambiar. Para evitar el sesgo de confirmación, debemos estar abiertos a la diversidad de opiniones, fuentes y perspectivas. Debemos reconocer nuestros errores y limitaciones y estar dispuestos a corregirlos y superarlos.
- La falacia del costo hundido: Es el sesgo que nos hace continuar con una acción o decisión que ya no nos beneficia, solo porque hemos invertido mucho tiempo, dinero o esfuerzo en ella. Puede impedirnos aprovechar otras opciones más rentables, satisfactorias o eficaces. Para evitar este sesgo debemos tener en cuenta los beneficios y los costes de cada alternativa, no solo los que ya hemos asumido. Debemos ser flexibles y adaptarnos a los cambios, no aferrarnos a lo que ya no tiene solución.
Conclusión
Como has visto en este artículo, los sesgos cognitivos son distorsiones mentales que afectan a nuestra forma de pensar, percibir y recordar la información. Estos sesgos pueden tener consecuencias negativas en nuestra vida personal y profesional, dependiendo de cómo los reconozcamos y controlemos.
En el ámbito del emprendimiento y el desarrollo personal, los sesgos cognitivos pueden influir en la forma en que creamos, gestionamos y hacemos crecer nuestros proyectos o negocios, así como en la forma en que nos relacionamos con nosotros mismos y con los demás.
Si quieres profundizar mas en este apasionante mundo te recomiendo leer los libros Sesgos Cognitivos de Jerrell Forman y Pensar rápido, pensar despacio del padre de la psicología conductista y premio Nobel de Economía en 2002 Daniel Kahneman.
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